jueves, agosto 03, 2006
La historia del señor Sömmer...
Primera entrada desde las Islas... bueno, desde las "islas" tampoco es así, puesto que últimamente me ha dado por visitar una de ellas tan sólo.
Os pongo en situación, La Buena Vida sonando de fondo (allá donde vaya siempre descubro algo que he dejado, alguna huella, algun archivo en un portatil... yo qué sé... como dijo Nosotrash "siempre quedará algún resto"...) aunque deseando escuchar "El Cuadro" del Sr. Chinarro que se me ha almacenado en la memoria y no me la logro quitar de la cabeza, recién duchado pero con sensación de seguir oliendo a sal...
Siempre me dije que mi blog no sería un diario. Es sencillamente porque no tendría sentido, mi vida no es tan entretenida como para que a alguien le resulte interesante un diario mío, pero hay momentos en los que a uno le apetece que le conozcan aquéllos que por casualidades del azar decidan escribir una l, luego una a, luego una f, una a, s, e, r, e y para finalizar una m... (Gracias Is por descubrirme el valor artístico de ese fenómeno puramente humano que es el soñar)
"El día se termina,
la tele está encendida,
la abeja maya acaba ya,
y el centro de mi vida
está dormida en el sofá.
La fase REM comienza
y no sé qué sonará"
Sigo diciendo... qué bonito sería vivir en un mundo de sueños, como el señor Sömmer, que vive feliz con su bastón...
Siempre me gustaron las historias que comienzan por la mitad y terminan antes del final, es como si el autor te diese el honor de escribir, de imaginarte por qué la protagonista o el protagonista es así y decidir tú mismo qué final le darías a esa historia...
Sólo quiero ver un único final feliz en mi vida... los demás, por favor, que sean tristes...
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