Verano de 1999.
Ayer me crucé con varios papeles y, entre ellos, varios descubrimientos....
Hoy me apetece publicar uno aquí...
No sé... me gustó... Hace 13 años que lo escribí y sin embargo, a mis ojos al menos, parece atemporal...
Así
Miras,
atiendes,
sientes,
todo lo mueve a tu alrededor.
La noche,
la luz,
las estrellas,
cómplices en vuestra vida,
en vuestro caminar.
Pierdes tu vista en los recuerdos,
en los orígenes,
en el alba,
tan lejos de esas voces que no te dejaban vivir.
Yaces ahora en el mar del sentir,
historia en color para los que,
como tú,
sufrieron la desdicha de sentirse inferiores.
No todos hallan su cénit
y tú,
atrevido y osado,
atraviesas vidrios,
motivos,
olvidos,
y allí está ella.
Paisajes ensombrecidos
por el cielo de sus ojos,
rutinas aniquiladas
por la dulzura de su piel,
llantos acallados
por su voz sigilosa,
recuerdos imborrables ya.
Amor, sí... amor,
sentimiento que recorre tus venas
cuando ella aparece,
como la Luna al anochecer.
Tu alma,
inmóvil,
adueñada de la pasión,
encuentra en el futuro
su mejor motivación,
un edén,
en el que siempre estarás junto a ella,
vivirá junto a ti.
No olvides nunca su mirada,
reciente memoria,
lejana extrañeza,
todo eterno,
interminable,
sacudido por la brisa de sus suspiros.
Salgan mágicas palabras de tu mente,
de tu corazón graves susurros,
detente,
obsérvala,
y dile:
"te quiero...
te amo...
así".
te amo...
así".
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