Ésa ha sido la frase con la que ha finalizado la rueda de prensa de hoy el entrenador del Salamanca... Y qué gran razón...
Seguramente el de esta mañana habrá sido el partido de fútbol más desagradable, triste y asqueroso que vaya a presenciar en mi vida...
Joder... ver la muerte de una persona tan cerca, y así... sin venir a cuento... 7000 personas en silencio sepulcral, sólo roto por los gritos de ánimo de la afición, tanto la unionista que estábamos allí, como los más de 1500 béticos... En fin... ahí ya no había fútbol, estaba en juego la vida de una persona...
No hace falta ser médico para saber que el hecho de que Miguel García cayese "a plomo" era porque algo le había fallado... De repente, su cuerpo se había parado... y ver a 3 médicos utilizando un desfibrilador en directo... impresiona...
Por momentos tuve ganas de llorar y recé y recé y recé con todas mis fuerzas para que todo quedase en un susto, en una pesadilla pasajera...
Pensé en su familia, que seguramente estaría viendo el partido (ya sea allí en directo o por la televisión) y en lo que estaría pasando por sus cabezas... Lleva sólo unos meses en Salamanca, pero es de esos jugadores que a uno, como aficionado, le caen bien... Es una persona que ves que disfruta con su profesión y que lucha y se gana cada aplauso (siempre merecidos)...
En fin, el cuerpo se te queda hecho trizas al ver a la muerte rondando tan cerca.. Sigo sin entender por qué cojones (lo digo así de claro), después no se canceló el partido, sino que se siguió jugando... No puedo entender cuál es la gracia de ver "jugar" a 11 tíos que no sabían qué le estaría pasando a un compañero en ese momento... 11 tíos a los que se podía ver con lágrimas mientras trataban de hacer cumplir el paripé federativo...
Ver a Marcos Márquez deambulando por el campo con la mirada perdida, con lágrimas en los ojos porque uno de sus mejores amigos se había debatido entre la vida y la muerte (y durante 25 segundos la muerte había ganado la batalla y sólo el buen hacer de 3 médicos logró devolverle a la vida)... No sé... nunca había visto a futbolistas llorar de continuo mientras jugaban un partido... Sigo sin explicarme cómo el arbitro, los entrenadores o quién fuese no dijo: "vale ya de este espectáculo dantesco (que aún duró 25 minutos más)... que hoy el fútbol nos importa a todos una mierda..."
Por lo visto, parece que está estable (
http://www.marca.com/2010/10/24/futbol/equipos/salamanca/1287935534.html) y me alegro por ello... Esperemos que todo quede en el susto que nos hemos llevado...
Con este tipo de cosas uno acierta al pensar que la vida es un regalo divino...