La locura continúa...

Un buen fin de semana... Ayer a las cinco de la tarde me sentaba en un colegio electoral de Ourense (donde he tenido el placer de acudir como apoderado de UPyD) y comenzaba a escribir lo que quería publicar en el blog al día siguiente (por hoy). El título que me dió por ponerle fue "La soledad de la alternativa"...

Pero prefiero no comentar nada con exceso de detalle... Es importante que los rivales decorosos te tengan miedo (aunque finalmente, la comunión de ideas acabase generando afinidades con muchos interventores de otros partidos), pero aún lo es más que impresentables te odien... Ayer pude disfrutar varias veces de esas miradas odiosas de los cachorros nacionalistas gallegos... Me sentí halagado al ver que gente impresentable me regalaba gritos con adjetivos como "bilingüista" (debe ser que a estos chicos no les enseñaron que cuantos más idiomas hables, más cultura tendrás y más fácil se te pondrán las cosas en la vida... y por lo tanto para ellos ese adjetivo es algún tipo de insulto, quizá el mayor incluso) Pero lo dicho, es maravilloso y halagador que gente impresentable te odie, te deteste hasta el punto de aburrirse una buena mañana y entretenerse en tirar botes de pintura a una sede, o en pretender prohibir el voto de una buena mujer sólo porque le habían escondido las papeletas de nuestro partido... ("grandes demócratas, sí señor")


...pero en fin, temas más divertidos, hoy es un gran día... Los nacionalismos pueblerinos caen en barrena, UPyD duplica los votantes en Galicia y País Vasco en tan sólo un año (desde las anteriores elecciones generales) y con ello, consigue entrar en el Parlamento Vasco (la primera vez que se presenta)

Nunca había participado activamente en un partido político, pero de verdad creo en las ideas de esta gente, gente buena, gente normal, gente sencilla y sincera (lo he podido comprobar con la gente de UPyD Ourense) y me alegra ayudar lo poquito que puedo en esta pequeña revolución...

A modo anecdótico, cenar en Puebla de Sanabria en menos de 20 minutos mientras la camarera (maleducada y soez donde las haya) te mete prisa para literalmente echarte... todo esto mientras el dolor de cabeza por el cansancio acumulado empieza a aparecer, con tirones hasta en los dedos de los pies por haberte recorrido medio Ourense tres o cuatro veces, y pensando en las dos horas que aún restan hasta Salamanca... no tiene precio...