domingo, febrero 15, 2009

Señor Houdini, tenemos un grave problema aquí fuera y mucho me temo que le atañé directamente a usted y a una maldita llave...


Leer es una afición que he ido cultivando con los años... Al principio, de pequeño, me resultaba aburrido, pesado... y sin embargo a día de hoy es uno de mis mayores entretenimientos... Esta metamorfosis en mi relación con la lectura se produjo de forma brusca... De repente un buen verano consideré necesario mantener siempre un libro a mi lado. Ahora tengo rachas en las que devoro libros y otras en las que ese libro encima de mi mesa se eterniza, pero me imagino que eso pasa con todas las cosas en la vida...

Como si fuera un rito, cada vez que retomo un libro para continuar con su lectura, observo con cara de orgullo la cantidad de hojas leídas y las hojas que me quedan por leer... más que por el número, por el ancho que ocupan en el canto del libro... Siempre se me pasa por la cabeza el hecho de ver que la hojas leídas proporcionalmente ocupan más espacio que las que esperan ser estrenadas todavía... Eso es debido a las dobleces que uno hace, o quizá a que uno ya ha obtenido el jugo de lo que el autor quiso marcar en esas hojas... (esto último, sí... es demasiado metafísico)

Tema aparte es la poesía... Hay una persona que me hizo apreciar la poesía... Mi profesor de literatura de 2º de BUP (yo no soy "chico LOGSE")... don Julio Camacho, que a pesar de hacerme aprender la Salve y el Credo en latín (por dos actos de vandalismo adolescente típicos de esas edades), le guardo un muy grato recuerdo y a él le debo seguramente la pasión por los poetas de la generación del 98 y del 27, que tantas veces han llenado mi cabeza errática en días pensativos... y que ojalá que a partir de ahora llenen la cabeza de alguien más...

La poesía me gusta por muchas razones, pero creo que la principal es la síntesis de sentimientos que se pueden entremezclar en apenas unos párrafos... Un buen poeta es capaz de expresar los pensamientos de una persona, las sensaciones que se encuentran en su cabeza con un par de versos... De la misma manera, uno siempre es capaz de encontrar un poema que le refleje...

La poesía es para compartirla... No siempre he tenido esta creencia, pero a día de hoy sí que pienso que la mejor carta de presentación de una persona es un poema que refleje lo que siente... Cuando tengo un poema entre mis manos, trato de abstraerme de todo y obtener todo su significado... Esto, que a muchos os resultará cursi y poco útil, es uno de los placeres que yo veo en esta vida...

Por eso hago determinadas cosas...


Por lo demás, de forma más terrenal, fin de semana tranquilo, que ha servido para que en el partido del sábado empezase a ser consciente de que un chaval de 18 años no corre más que yo, pero sí que tiene más aguante y más juventud... Pero también gratifica ver que uno, al menos deportivamente, empieza a ser más inteligente y a tener más picardía y, ante la falta de físico, comienza a echar mano de la cabeza...

¡Vaya! Empezamos a ser mayores y se nos puede empezar a aplicar aquello de "la veteranía es un grado"...

El cuadro: "Jacqueline con flores" de Pablo Picasso

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