No...

No es verdad que haya mentiras,
no se lamenta un si bemol,
no inquietan las preguntas,
no odio, no acuso, no aborrezco.

No temo que vengan a buscarme
recuerdos olvidados ya;
no veo pureza en la rutina,
no existe fragilidad en el amor.

No se acerca la esperanza al embustero,
no se olvida la muerte de nosotros,
no pasa un día sin manchar
la tenue luz de la mañana.

No resuena el mar en las montañas,
no escucha el ciego sus palabras,
no abrazan los besos que da,
los brillos que queman, las noches que fatigan.

Apenas sienten los retratos el caminar,
no vendrán ya más sombras encendidas,
no lucha ningún bien ya decidido,
no espía el silencio a sus esclavos.

No ruge fiera desde lejos,
no domina el respirar, las letras,
no hay distancia que hable,
voz que afirme, luto que ilumine.

No hay guerras en tu corazón,
no llueven caricias en la noche,
se equivocan de rumbo las sirenas,
no rozan sus cantos el cielo del futuro.

No busco hoy alegrar ni entristecer,
no nace ningún día sin calima,
no he querido siquiera pretender,
hacer una poesía con rima.