
Llevo unos cuantos días pensando en un tema, quizá no excesivamente común... Tras leer diversas reseñas de libros de
Antonio Escohotado me he interesado quizá un poco más en la historia de las drogas y la importancia que tienen éstas en nuestra sociedad desde hace un largo tiempo...
No quiero hacer una reflexión de la historia en sí, sino más bien del uso que hoy en día les seguimos dando... La gente (o al menos a mí me pasa) cuando habla de "drogas", pega un salto directo a la heroína, cocaína, etc... pero no hay que irse tan lejos... el alcohol se considera droga también, pero ésta sí aceptada por la sociedad y me atrevería a decir que necesitada por la misma...
El hombre es un animal extraño por muchos aspectos, y uno de ellos es por el de ser social, y ello implica muchos beneficios respecto a los demás animales... pero también uno de los grandes perjuicios.. y es el del cohibimiento de los instintos...
Por esto siempre he sido de los que piensa que las drogas son necesarias en una sociedad como la nuestra, y ya desde la antigua Grecia se tienen datos de elementos tóxicos que modificaban el carácter de una persona.
Es triste asumir que una persona ha de desactivar determinados mecanismos sociales para convertirse en sí mismo... Hoy es el alcohol el principal baluarte de la "droga social"... Sin ir más lejos, está bien visto tener cerca una bebida alcohólica en cualquier celebración.. Champán en Nochevieja, Vino en una comida especial, "barra libre" después de la Boda... Y cómo no! El fin de semana, plagado de copas... Si esto lo extrapolamos a otras sociedades, nos encontramos con la importancia del opio en las sociedades asiáticas a partir de la llegada de Alejandro Magno, o el clorhidrato de cocaína y hongos alucinatorios de los aztecas...
En definitiva, el ser humano siempre ha necesitado de algún tipo de sustancia para retractarse de la realidad y realizar aquellos actos que su afán social le prohibía cometer... En definitiva, desinhibirse y acercarse a sus instintos... Es triste pensar esto así, pero es una de las mayores desventajas que se le encuentran al hecho de ser un animal social...
Con lo fácil que sería muchas veces dejarse llevar siempre por los instintos y ser feliz... y no, al revés, tener miedo de ser uno mismo. Cuando nos dejamos llevar, sin temores, sin riesgos... respiramos un ambiente de felicidad que ninguna droga, por mucho miedo que le tengamos nos podría proporcionar nunca... Sin embargo, y por mucho que nos pese, seguimos coartando nuestra felicidad imponiéndole mecanismos sociales... No deberíamos tener miedo a hacer las cosas que nos hacen felices.. y si consiguiéramos esto, ninguna droga (ni siquiera el alcohol) sería necesaria...
Por cierto... Ya que he hablado de Escohotado... la primera vez que lo conocí fue en esta canción de Calamaro, en la que él aparecía hablando al final..., así que ahí va...