lunes, enero 29, 2007
Astérix, Obélix y el Idéfix de terracota...
Por fin he acabado el libro que más me ha costado leer y con diferencia... La verdad es que al final me lo estaba tomando como algo personal... Nunca me ha importado dejar un libro a medias si no me atraía lo suficiente, pero no sé por qué esta vez no quería hacerlo... Había una parte de mí a la que llamaba la atención excesivamente el argumento, pero otra parte me hacía eternizarme en la lectura. "Vaticano 2035".. La verdad es que cuando lo compré, me llamó la atención la paradoja: el libro está escrito por un alto cargo de la Iglesia (que oculta su nombre) y, en la portada, una frase brilla por encima de las demás... "Me invade la ira cuando veo a mi Iglesia"... Era la primera vez que tenía en mis manos una crítica al funcionamiento actual de la Iglesia, pero escrita desde dentro (me atrevo a pensar que es un jesuita).
En el libro narra la vida del Papa Tomás I (del año 2035) y cómo éste modifica la Iglesia, rompiendo ideas que hoy parecen inamovibles (matrimonio y paternidad de sacerdotes, etc...) El libro es lento para leerlo, pero de verdad si a alguien le interesa la religión (no hablo desde el punto de vista de fe, sino desde el punto de vista histórico) me parece muy interesante... lento... pero interesante...
Nunca he hablado de las religiones en el blog y ufff... no sé si hoy será el día... pero prometo dar mi opinión sobre este tema en los próximos días...
Por otra parte, esta semana he tenido mis dos ó tres días de lectura de Astérix's... Entre libro y libro me encanta relajarme durante unos días de la lectura profunda leyendo, o mejor dicho, releyendo estas obras de arte de Uderzo & Goscinny... y me siguen haciendo gracia las mismas bromas que leo y releo una y otra vez. Ahora me toca empezar con un libro de ésos a los que no estoy acostumbrado, sin ninguna carga histórica, libro de puro y duro entretenimiento, de éstos que enganchan y que quedan fulminados en escasos días, un "best-seller" en toda regla, pero lo necesitaba... "El perro de terracota"...
Por cierto... ¿por qué me gustará tanto el mes de Febrero?
viernes, enero 19, 2007
Es perfecta...
Hay mucha gente en el mundo que es perfecta, como Nadia Comaneci...
Me he permitido "destrozar" esta preciosa canción de Fran Fernández (Francisco Nixon)... que espero que no visite alguna vez aleatoriamente este blog y descubra este asesinato que acabo de hacer a su obra...
Ahí va... En cierto modo, hasta me da vergüenza ponerlo... no me gusta mi voz...
martes, enero 02, 2007
A año nuevo, victoria segura (era algo así no?)
He tenido bastante desatendido el blog en estos días, pero es que tampoco he tenido tiempo para mucho...
Muchas veces me he preguntado si los músicos escuchan sus canciones (y sé que no soy el único que me hago esa pregunta). Siempre he creído que sí, que no sólo lo hacen, sino que lo deben hacer... Creo que es un signo de falsa humildad si oyes a un músico decir que no. Un buen arquitecto es aquél al que le encantaría vivir en cada una de las casas que diseña y así por lo tanto un buen músico debe desear "vivir" en sus canciones y escucharlas y disfrutar con la escucha. Me seguiré preguntando cuántos músicos hacen esto, aunque me gustaría saber la contestación de alguno de ellos... (lástima que en este blog no abunden precisamente los músicos...) Creo que seguiré con la duda. ¿Y una persona lee su propio blog?
Por otra parte, y fuera de pensamientos no he comentado nada de mi viaje a tierras alemanas... Me ha encantado... Mi visita se ciñó a Dresden, con una visita fugaz a Leipzig (y al estadio donde España venció por 4 a 0 a Ucrania en el pasado Mundial, visita obligada para un futbolero). Ambas ciudades me parecieron de extrema belleza. En apenas unos kilómetros me recorrí media Europa, puesto que el mismísimo Goethe denominó a Leipzig como el "París alemán" y Dresden es conocida como la "Florencia alemana". Si bien he de decir que el París francés me embriagó más que la Florencia italiana, en este caso fue la pequeña Florencia alemana quien se adueñó de mi afecto.
De la visita, y a modo de resumen, agradecer a Bea (kamchatka) la paciencia que tuvo conmigo (porque me conozco y soy difícil de aguantar): ese viaje a Berlin sólo para ir a recogerme, puesto que un servidor tenía miedo al no entender ni papa -miento... eso sí lo sé... "Kartoffel" pero nada más; el buen trato que recibí -que, por otra parte y siendo sincero, ya me lo esperaba, por supuesto-; y cómo no!...por darme cobijo en su casa, que sentí mía también durante el tiempo que pasé allí... Sigo con el resumen, Leipzig me encantó (faltaron fotos, puesto que la cámara quedó cómodamente en casa ese día, tumbada justo al lado de la neurona encargada de recordarme que la debía de llevar. Dresden me enamoró, una ciudad llena de vida y llena de arte. Me impresionó, sobre todo, ver el cambio que ha sufrido esta ciudad, destruída tras la guerra y reconstruída con la fuerza de sus gentes y sus ganas por recuperar su honor y dignidad, objetivo más que logrado...
Y en cuanto a curiosidades:
- los alemanotes, la verdad, me parecieron gente mucho más abierta de lo que me había imaginado, aunque hablan todos raro...
- A los 15 minutos de estar en Alemania ya me habían vendido una botella agua de ésa con gas que sabe horrible...
- Nunca meterse un sábado en un tren alemán porque te encontrarás a los hinchas de todos los equipos de fútbol de Alemania que por supuesto van borrachos como cubas...
- Las salchichas están muy ricas, pero el glüwein (vino caliente) huele mal...
- La famosa puntualidad germana en tema de trenes quedó bastante en entredicho...
- Los tranvías me gustan más que el Metro...
- Si ves que un niño está a punto de caerse con una bici, no debes reírte y acompañarlo con un "Uyyyy!!!" (suena igual en español que en alemán y sus padres te puede mirar mal)...
La foto: el menda con la Hofkirche (Catedral Católica) y el Semperoper (Teatro del Estado de Sajonia) de fondo a la orilla del Elba...
En cuanto a la Navidad, a diferencia de los últimos 3 años, ésta volvió a ser especial...
Muchas veces me he preguntado si los músicos escuchan sus canciones (y sé que no soy el único que me hago esa pregunta). Siempre he creído que sí, que no sólo lo hacen, sino que lo deben hacer... Creo que es un signo de falsa humildad si oyes a un músico decir que no. Un buen arquitecto es aquél al que le encantaría vivir en cada una de las casas que diseña y así por lo tanto un buen músico debe desear "vivir" en sus canciones y escucharlas y disfrutar con la escucha. Me seguiré preguntando cuántos músicos hacen esto, aunque me gustaría saber la contestación de alguno de ellos... (lástima que en este blog no abunden precisamente los músicos...) Creo que seguiré con la duda. ¿Y una persona lee su propio blog?
Por otra parte, y fuera de pensamientos no he comentado nada de mi viaje a tierras alemanas... Me ha encantado... Mi visita se ciñó a Dresden, con una visita fugaz a Leipzig (y al estadio donde España venció por 4 a 0 a Ucrania en el pasado Mundial, visita obligada para un futbolero). Ambas ciudades me parecieron de extrema belleza. En apenas unos kilómetros me recorrí media Europa, puesto que el mismísimo Goethe denominó a Leipzig como el "París alemán" y Dresden es conocida como la "Florencia alemana". Si bien he de decir que el París francés me embriagó más que la Florencia italiana, en este caso fue la pequeña Florencia alemana quien se adueñó de mi afecto.
De la visita, y a modo de resumen, agradecer a Bea (kamchatka) la paciencia que tuvo conmigo (porque me conozco y soy difícil de aguantar): ese viaje a Berlin sólo para ir a recogerme, puesto que un servidor tenía miedo al no entender ni papa -miento... eso sí lo sé... "Kartoffel" pero nada más; el buen trato que recibí -que, por otra parte y siendo sincero, ya me lo esperaba, por supuesto-; y cómo no!...por darme cobijo en su casa, que sentí mía también durante el tiempo que pasé allí... Sigo con el resumen, Leipzig me encantó (faltaron fotos, puesto que la cámara quedó cómodamente en casa ese día, tumbada justo al lado de la neurona encargada de recordarme que la debía de llevar. Dresden me enamoró, una ciudad llena de vida y llena de arte. Me impresionó, sobre todo, ver el cambio que ha sufrido esta ciudad, destruída tras la guerra y reconstruída con la fuerza de sus gentes y sus ganas por recuperar su honor y dignidad, objetivo más que logrado...
Y en cuanto a curiosidades:
- los alemanotes, la verdad, me parecieron gente mucho más abierta de lo que me había imaginado, aunque hablan todos raro...
- A los 15 minutos de estar en Alemania ya me habían vendido una botella agua de ésa con gas que sabe horrible...
- Nunca meterse un sábado en un tren alemán porque te encontrarás a los hinchas de todos los equipos de fútbol de Alemania que por supuesto van borrachos como cubas...
- Las salchichas están muy ricas, pero el glüwein (vino caliente) huele mal...
- La famosa puntualidad germana en tema de trenes quedó bastante en entredicho...
- Los tranvías me gustan más que el Metro...
- Si ves que un niño está a punto de caerse con una bici, no debes reírte y acompañarlo con un "Uyyyy!!!" (suena igual en español que en alemán y sus padres te puede mirar mal)...
La foto: el menda con la Hofkirche (Catedral Católica) y el Semperoper (Teatro del Estado de Sajonia) de fondo a la orilla del Elba...
En cuanto a la Navidad, a diferencia de los últimos 3 años, ésta volvió a ser especial...
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